23:26). Y detrás de ellos dos seguía toda la gente, esa “gran multitud” de la que aquellas mujeres, aquellas “hijas de Jerusalén”, formaban parte. Estas seguían al Señor como todos los demás. Era una “procesión” de toda clase de personas, con diferentes actitudes y sentimientos. ¿Pero se puede decir que aquellas “hijas de Jerusalén” eran verdaderas “seguidoras” del Señor? La única respuesta que le podemos dar a esa pregunta es que no lo sabemos. Había otras mujeres “las cuales habían seguido a Jesús
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